Pues bien, a mi parecer, no deberían dejarse llevar por los sentimientos y las pasiones frutos de los instintos más primigenios del hombre. La política, al igual que otras disciplinas, y ésta es mi opinión, de la filosofía, debería alejarse de los sentimientos, que a veces hacen de ciertas disciplinas un teatro emocional y ridículo donde los protagonistas, en vez de prestar atención a la razón y a la lógica, se dejan arrastrar por esos sentimientos tan cotidianos, que llevan a la escena representada a un trágico final de la que sólo sale beneficiado el malo, en el caso de la política, el mal y la injusticia, la tiranía, el poder que se corrompe en pos de una élite manipuladora.
Si bien habrá quien discrepe con esta opinión o reflexión, tal vez haya otros, los más racional y lógicos, que sí estarán de acuerdo, pues en algo que atañe a la sociedad, la cual depende en mayor medida de los números y de una lógica que rige la vida humana y pone cada ser en su sitio, no puede conjugar política y emoción, ya que entonces caeremos en un grave error. La política es el arte de vivir en sociedad y de organizarla para un funcionamiento óptimo, así como de organizar las distintas facciones que la ayudan en su buena organización, que son a su vez los servicios que se aportan a la comunidad bajo un contrato social ancestral firmado y ratificado en la evolución darwiniana.
Yo soy partidario del racionalismo más radical y de su aplicación directa a todos los ámbitos de la sociedad. La razón es el centro de todo pensamiento, y todos los pensamientos derivan de la razón, que ayuda al ser a organizar las ideas para construir una buena argumentación, derivada de la deducción de ideas y su organización para darles una buena adecuación, coherencia y cohesión.
Por tanto, si, al hacer política, aplicáramos tan bien la razón y nos alejáramos de los sentimientos y emociones que confunden a nuestro intelecto y a nuestro ser pensante, entonces saldríamos victoriosos y alcanzaríamos nuestro máximo grado de competencia en cuanto a lo político. La política ha de ser razón y ésta ha de ser el centro de la misma.
Espero que os haya gustado. Y para mí, PARA mí, la razón lo es todo, y centro de todo pensamiento, aunque a veces se me critica por ello. Disfrutad leyendo y pensando ;)
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